Marcos 6,6b - 56. Comentario



1. JUSTIFICACION DE LA ESTRUCTURA.

La sección comienza con el envío en misión de los doce, como la sección anterior (Marcos 3, 7 – 6, 6) había comenzado con la llamada de los doce.
Sigue a continuación el relato de la muerte del Bautista encuadrado por el envío en misión de los doce (Marcos 6, 12 – 13) y la vuelta de la misión (Marcos 6, 30). El relato del Bautista sirve para volver a plantear el tema la identidad de Jesús, para anunciar su destino. Describe sobre todo la actitud de los jefes para con el pueblo (Marcos 6, 21). Los jefes se sirven del pueblo que es explotado y abandonado.
Viene a continuación el relato de la multiplicación de los panes que está encuadrado por el tema de la barca. Jesús invita a los doce a ir a un lugar desértico (Marcos 6, 31 – 33) salen en barca y son precedidos por la multitud. Después de la multiplicación vuelven a la barca (Marcos 6, 45 – 54) y Jesús les manda dirigirse a Betsaida donde no llegarán hasta el final de esta sección (Marcos 8,22), mostrando la resistencia de los Doce en dirigirse a tierra pagana.
El relato de la multiplicación sirve para describir la situación del pueblo y la actitud de los Doce que toman una actitud que no es la de Jesús sino que está dominada por la ideología de los escribas.
Le sigue la travesía en barca, donde el viento contrario expresa esa influencia de la ideología dominante que no deja que la barca se dirija hacia Betsaida.
La sección acaba con el sumario (Marcos 7,53-56) que forma inclusión con el otro sumario (3,7-12) enmarcando lo que podríamos llamar la sección de los Doce: su llamada a estar con Jesús y su envío en misión.
2. COMENTARIO

 MARCOS 6,7-13
Es el relato del envío en misión de los Doce.
“Es ésta la única vez que, en Marcos, se designa a los discípulos con el nombre de apóstoles, esto es, enviados.”[1]
A primera vista parece ser el cumplimiento de la llamada que Marcos relata en (Marcos 3,7-12), pero leyendo atentamente se manifiestan ciertas diferencias con ese relato.
Podemos distinguir cuatro partes en este texto:
·         El envío en misión. (Marcos 6, 7b)
·         Las órdenes que Jesús les da a los Doce de cómo deben ir a la misión. (Marcos 6, 8 – 9)
·         La actitud que deben adoptar en las casas y lugares donde vayan. (Marcos 6, 10 – 11)
·         Salida de los discípulos en misión (Marcos 6, 12 – 13)

El envío
En el envío es donde aparecen las diferencias con el texto de Marcos 3,7-12. En el relato de la llamada se dice que les llamó: para estar con  Él y para enviarles a predicar y tener poder de expulsar demonios.
En el texto que comentamos Jesús no les manda ni predicar, ni les da poder para expulsar demonios, sino autoridad sobre los espíritus inmundos. Esta es una clave de interpretación.
En Marcos 3, 11 – 12 se dice que Jesús no quiere que su  nombre se haga manifiesto.
Por eso prohíbe a los espíritus impuros gritar proclamando su identidad. Los espíritus inmundos propagan su ideología intentando identificar a Jesús con sus expectativas mesiánicas.
En el relato del envío Jesús da a sus discípulos autoridad sobre los espíritus inmundos. Es decir capacidad de no dejarse dominar por esas ideologías propagadas pues los discípulos encuentran en ellas una fuerte tentación. Son ideologías que les atraen y con las que se sienten identificados. Por eso Jesús no quiere que hablen ni anuncien nada, no vaya a ser que también ellos contribuyan a hacer "manifiesto su nombre". Eso es lo que insinúa Marcos al decir en Marco 6,14, después de salir los discípulos en misión: "se había hecho manifiesto su nombre"
Si leemos atentamente y vemos lo que el texto dice sobre cómo han realizado su misión constatamos que no existe mucha coincidencia entre lo que Jesús les ha dicho y lo que ellos han hecho:
Los discípulos han predicado la conversión y han expulsado demonios, cosa que Jesús no les había mandado. Han curado enfermos ungiéndoles con aceite, cosa que Jesús no ha realizado nunca.
Por otro lado constatamos que mientras que la misión de Jesús es acompañada por el rechazo de los de Nazaret  y la oposición a su mensaje; la de los discípulos se caracteriza por el éxito alcanzado y por el entusiasmo provocado, según expresan ellos al contar lo que han hecho
Estos indicios nos muestran que los Doce en vez de realizar la misión que Jesús les había encomendado han realizado su propia misión. Se han puesto "por delante de su Maestro" como ya hicieron en la travesía en barca cuando Jesús les mandó ir "a la otra orilla". En realidad ¿qué les había mandado Jesús?
Las órdenes para ir en envío.
Son verdaderas órdenes formales y no simples consejos. Jesús les envía de dos en dos, como fueron realizadas las llamadas del inicio, cuando Jesús empezó a constituir la nueva familia. La misión es comunitaria. La misión de la comunidad es la de garantizar la fidelidad al anuncio y a la misión de Jesús. La comunidad debe vivir la misión que le ha sido encomendada por Jesús, no la suya propia.
Pueden llevar bastón y sandalias, signos del caminante, de la comunidad en camino hacia la misión. El bastón es el signo del que se pone en marcha para un largo camino. Las sandalias son el signo del caminante libre, el esclavo va descalzo. Los enviados son personas libres, no mendigos, que caminan sin buscar seguridades. No pueden llevar ni pan, ni alforja, ni dinero en la faja, signos de seguridad y estabilidad. Deben ir como hombres libres, pero sin la seguridad de medios para su vida.
¿Qué experiencia quería Jesús que viviesen sus discípulos?
Las órdenes dadas junto con la forma de enviarles muestran que Jesús más que a anunciar o curar, ha enviado a sus discípulos a hacer una experiencia de hospitalidad, acogida y solidaridad con los hombres. Deben partir en misión con la actitud de confianza en las personas que van a acogerles y deben dejarse acoger por ellas. La misión supone para poder realizarse esta actitud fundamental de hospitalidad, confianza y acogida.
En los lugares y casas donde entren deben permanecer en la casa que les acoja y hacer la experiencia de la hospitalidad. La única condición para hospedarse en una casa es ser acogidos. No existen otras condiciones como la raza, la religión o la pureza. No deben andar cambiando de casa, pues no son ellos los que tienen que tomar la iniciativa sino aquellos que les acogen. Cuando un lugar no les acoja, es decir que no haya nadie que les reciba en casa, deben sacudir el polvo y marcharse. También la libertad de no acoger debe ser respetada.
En el gesto de “sacudirse el polvo como testimonio contra ellos" se prevé un posible fracaso de la misión. En Marcos la expresión "como testimonio contra ellos" aparece tres veces: 1,44; 6,11; 13,9. En los tres expresa un rechazo de la enseñanza y la misión de Jesús. La persecución y el rechazo a causa de la enseñanza y misión de Jesús, son el testimonio contra ellos.
Los Doce no han experimentado este rechazo. Esta es otra razón para afirmar que han hecho su misión y no la que Jesús les ha encomendado.
En el envío, pues, Jesús invita a sus discípulos a hacer una experiencia de hospitalidad, no a anunciar ni decir nada. Hacer la experiencia de la solidaridad, de ser acogidos y de acoger sin condiciones. Esta experiencia es esencial para la misión.
Como decimos el texto, también, nos dice que en la misión no es el éxito lo que se pide sino la fidelidad a la misión encomendada por Jesús. Se puede expulsar demonios y curar enfermos y no hacer la misión que Jesús quiere. La fidelidad a la misión es la fidelidad a la Palabra del Maestro.
Como hemos dicho, en la justificación de la estructura, Marcos 6,12 – 13 y Marcos 6, 30 , envío en misión y vuelta de los doce, encuadran el relato de la muerte del Bautista.
Esto muestra que en la perspectiva de la misión está siempre la persecución y el martirio. Este es el destino del verdadero enviado. Los Doce en su misión no se han encontrado con estas realidades que han acompañado la misión del Bautista y que acompañan la misión de Jesús. Ellos se han encontrado con el éxito y el entusiasmo.

MARCOS 6,14-29.
Podemos distinguir dos partes en este relato.
Primera parte Marcos 6, 14-16:
En esta parte se plantea el problema de la identidad de Jesús.
Entre Marcos 6, 14 – 16 y Marcos 8,27-30, parte central del evangelio, hay una inclusión.
En ambos relatos se trata el tema de la identificación de Jesús con Juan Bautista. El paralelismo entre estos dos relatos es evidente. Herodes dice que Jesús es Juan Bautista redivivo. Los discípulos le dicen a Jesús que el pueblo le identifica con Juan Bautista.
Es la manera que tiene el narrados de expresar que el mesianismo de Jesús es rechazado. Si Jesús es Juan Bautista redivivo podrá ser identificado, como Juan Bautista, con Elías o un profeta (Marcos 11,32), pero no puede ser el mesías.
“Se evocan personajes conocidos y, quizá, idealizados, se les aplica a Jesús y esto impide estar atentos a lo “otro” que hay, a lo inesperado”[2]
Se busca la identidad de Jesús en el pasado y no mirando al futuro, al Mesías que ha de venir a instaurar el Reino de Dios. El horizonte de la novedad sigue cerrado, sólo se acepta el de la repetición.
La primera parte del evangelio ha acabado con el rechazo de Jesús por parte de la sinagoga (6,1-6) En este segunda parte se rechazará el mesianismo de Jesús.
"Escuchó el rey Herodes".
El "nombre se ha hecho manifiesto", la ideología mesiánica de los espíritus inmundos ha seguido su camino y se ha ido imponiendo.
¿Qué es lo que ha escuchado Herodes? La cuestión, realmente, planteada es ¿es éste el Mesías esperado o no? Eso es lo que ha llegado a oídos de Herodes Las opiniones están divididas, pero han llegado a idéntica una conclusión: Este no es el Mesías que nosotros esperamos.
Esta comparación con Juan Bautista va a permitir a Marcos mostrar que Jesús es el Mesías, porque Elías ya ha llegado en la persona de Juan Bautista y han hecho con él lo que han querido. "Os digo que Elías ha venido y han hecho con él lo que han querido" Marcos 9,13.
Por otra parte, el relato de la decapitación de Juan anticipa el destino de Jesús, es como el primer anuncio de su pasión.
Segunda parte: Marcos 6,14-29.
En el texto se pone de manifiesto esta estructura concéntrica.
a) Juan arrestado y encarcelado por Herodes a causa de la Palabra.
            b) Heroidas contra Juan 17b – 19.
                        c) Herodes y Juan v. 20
                                   d) Herodes, los convidado y la joven v. 21 – 23
                                               e) La  hija y su madre v. 24
                                    d’) La joven, Herodes y los convidados v. 25 – 26
                        c’) Herodías y la cabeza de Juan v. 27
            b’) Herodías obtiene la cabeza de Juan.  V. 28
a’) El cadáver de Juan sepultado por sus discípulos. V. 29

En el relato sólo Herodes y Juan son presentados como teniendo una relación directa.
Ni Herodías, ni su hija, ni los convidados se relacionan directamente con Juan Bautista.
Por otro lado, el vocabulario, por sí mismo, ya es revelador: Herodes- Herodías: aparecen diez veces. Rey, reinado: cinco veces.
Si es cierto que no puede afirmarse una dependencia directa de este relato de Marcos con alguno del Antiguo Testamento en concreto, también lo es que se puede afirmar que existe una semejanza entre la situación del pueblo con Ajab y Jezabel y la situación del pueblo descrita aquí. Podemos establecer el siguiente paralelismo:

Ajab                            Jezabel                       Elías
Herodes                      Herodias                     Juan

Como Jezabel no podía ver a Elías e intentaba quitar la viña a Nabot y darlo muerte, así también Herodías busca dar muerte a Juan y aprovechará la ocasión propicia para hacerlo.
Por otro lado, en 1º Reyes 21,25 leemos: "no hubo verdaderamente persona como Ajab para obrar mentirosamente, haciendo lo que desagrada a Dios, porque su mujer Jezabel lo había seducido"
Herodes ha sido seducido por Herodías y se ha casado con ella. La semejanza de las dos situaciones es suficientemente próxima.
Este texto, por otra parte, se relaciona con Marcos 15,6-15.
Los puntos de contacto vienen dados por:
·         el contexto de fiesta,
·         la alusión al rey de los judíos,
·         el deseo de Pilatos de querer complacer al pueblo,
·         la resistencia del mismo a entregar a Jesús porque sabía que lo entregaban por envidia,
·         la petición hecha por la hija de Herodías y la petición del pueblo agitados por los jefes.
“Juan y Jesús son arrestados y acusados a causa de la palabra.  Un actor quiere la muerte del uno o del otro sin poder dársela (Herodías, el Sanedrín, marcados por el odio o la envidia) Ella viene decidida por un actor que no la quiere (Herodes, Pilatos, los dos con poder político). Un tercer actor manipulable (la hija de Herodías, el pueblo) hace que aquél que no quiere matar acabe haciéndolo. La maniobra tiene éxito gracias a una palabra de quien no la quiere (promesa con juramente, costumbre establecida)”[3]

Poniendo los dos esquemas juntos tenemos:
Ajab                            Jezabel                       Elías                Pueblo
Herodes                      Herodías                     Juan                Niña
Pilatos                         Sacerdotes                  Jesús               Pueblo

Si leemos ahora el texto de Marcos 6,14-29 a la luz de los otros dos podemos decir que lo que Marcos quiere expresarnos es la alianza del poder político y religioso para explotar al pueblo y dar muerte, primero a Juan, luego a Jesús.
Esta alianza entre el poder político representado por Herodes y el poder religioso representado por Herodías es un adulterio, una usurpación al verdadero esposo, Dios, el verdadero rey del pueblo. El pueblo como la niña viene explotado y utilizado por el poder religioso, Herodías-fariseos. Desde esta perspectiva se entiende la alianza entre fariseos y herodianos que denuncia Marcos en el evangelio. (Marcos 3,1-6; 12,13)
Los sacerdotes sublevan al pueblo y le hacen gritar para que pida liberar a Barrabás y crucificar a Jesús, aunque Pilatos muestra resistencia. Herodías dice a su hija que pida la cabeza de Juan Bautista aunque esto disguste a Herodes. En el fondo es el poder religioso, que ha hecho alianza con el político, el que explota al pueblo y condena a Jesús.
Los grandes están sentados a la mesa con Herodes. Mientras, el pueblo está siendo utilizado y explotado por esta alianza de poderes, religioso y político. Los escribas que no se cansan de decir a Jesús: "no está permitido" No se atreven a decir a Herodes lo que en verdad la ley prohíbe.
El texto contrapone por otra parte, la actitud de los jefes con la actitud de Jesús.
Herodes come con los grandes, los poderosos, los primeros de Galilea. Los fariseos prefieren los primeros puestos en los banquetes 12,39. Jesús come con los pecadores (2,15). Nadie está excluido de su mesa y menos los pobres. Los que dicen a Jesús que no está permitido comer con los pecadores, no tienen ningún inconveniente en sentarse a la mesa con Herodes, que explota al pueblo y vive en adulterio.
Jesús no se sienta a la mesa con los explotadores. Su manera de ser el primero es la de ser siervo y  servidor de todos. Él no ha venido a ser servido sino a servir y dar la vida por todos. Los jefes quitan la vida a los otros. Jesús da la vida por todos (10,45)
El relato pinta más que en silueta cual va a ser el destino de Jesús.

MARCOS 6,31-33 
Ante el entusiasmo de los Doce por el éxito de su misión, Jesús les pide retirarse con El a un lugar desértico. Jesús ante el entusiasmo de la gente de Cafarnaúm expresado en la frase de Pedro "todos te buscan" (Marcos 1,37) se retiró a un lugar desértico a orar. Eso es lo que quiere que hagan sus discípulos para no dejarse seducir por falsos mesianismos. Por eso les dice "venid a solas a un lugar desértico".
Eso mismo nos revela la frase "no encontraban tiempo para comer". Esta frase se dice en Marcos 3,20 y aquí. En ambos lugares se expresa la misma idea. El pueblo tiene gran necesidad de ser enseñado, de ser alimentado con la Palabra. Esta necesidad no deja tiempo a Jesús para alimentar a sus discípulos con la Palabra para que no se dejen seducir por la enseñanza de los escribas. Ahora Jesús quiere ir a solas con sus discípulos para alimentarles con su enseñanza. Pero de nuevo la necesidad del pueblo se lo impedirá. Les han visto salir y van corriendo, les preceden al lugar donde se dirigen. Verles salir, reconocerles, salir corriendo expresan esa necesidad, esa hambre del pueblo que no deja tiempo a Jesús y los discípulos para comer. Como se dice a continuación "estaban como ovejas sin pastor"  y Jesús se pone a enseñarles "muchas cosas".

MARCOS 6,34-44
¿Qué quiere decirnos Marcos con este relato?
“Se  ha explotado muchas veces este milagro de los panes como una prueba de la divinidad de Jesús. Pero se ve claramente que no es ese el sentido que desarrolla  Marcos. Su relato quiere revelarnos que Jesús es el pastor de su pueblo, el nuevo Moisés y el nuevo David que lo condujeron antaño. Es un relato hecho, lo mismo que el de la cena pascual, para que la comunidad reunida en torno a la palabra y al pan pudiera identificar al pastor que la constituye en comunidad, que la alimenta, que se cuida de ella, esto es, a Jesús”[4]
La dimensión fundamental del relato de los panes no es la del milagro, sino la simbólica. Muestra la comunidad cristiana como una comunidad que se reúne para escuchar la palabra y compartir el pan. Es clave en el relato la dimensión eucarística.
“La multiplicación de los panes no es solamente un milagro extraordinario, sino que es ante todo un signo, un símbolo. En ese hecho se ha percibido un sentido y se le ha explotado. Es un símbolo de lo que hace una comunidad cuando se reúne para comer, para escuchar la palabra, en torno a su propio pastor, que es Cristo”[5]
Otro punto importante es la relación entre palabra y pan.
“La relación entre palabra y alimento aparece en otras tradiciones: las de la Sabiduría. Cuando el autor del libro de la Sabiduría habla del maná en el desierto, ve allí la palabra de Dios (Sab 16, 26)” [6]
Sigamos ahora el desarrollo del relato.
Jesús desembarca. No se dice, al menos expresamente, que los discípulos desembarquen con El. Jesús ve a la multitud y se le conmueven las entrañas, porque estaban "como ovejas sin pastor"
"La frase evoca el objetivo fijado por Moisés en la institución de su nuevo sucesor: "que la asamblea del Señor no sea como un rebaño sin pastor" Num.27, 17"[7][8]
La misión de los jefes es tener cuidado del pueblo. Pero como dice Ezequiel el pueblo está abandonado por sus jefes que buscan más su interés que el del pueblo. El pueblo no está alimentado por la Palabra, no tiene pastos donde comer.
"El mismo tono polémico se desprende de este texto de Marcos, en el que se trata de un pueblo abandonado, no atendido por sus jefes como se ve en el evangelio, esos escribas que, como los pastores atacados por Ezequiel se preocupan de ellos mismos A los maestros de Israel, pastores indignos que no hacen más que extraviar el rebaño con una doctrina descarriada (Ez. 34, 2. 8) Jesús opone su propia enseñanza, ampliamente impartida, aunque su contenido no sea indicado aquí más que en otras partes"[9]
Jesús se pone a enseñar muchas cosas al pueblo como ha hecho cuando ha expuesto las parábolas para explicarles el Reino de Dios (Marcos 4,2).
“Esa es la imagen de Jesús que retiene Marcos: el que enseña a la gente”[10]
Jesús les expone el secreto del Reino
"Secreto, es algo que puede ser conocido, pero que aún no lo es. "El secreto del Reino", la razón última que explica todos sus aspectos y efectos, es el amor universal de Dios, que desea llevar a la plenitud de vida a todo hombre sin distinción, derribando las barreras que creaban y perpetuaban la discriminación, a comenzar por la ley judía"
Llegada la tarde se acercan los discípulos.
La reacción de los discípulos es reveladora de su actitud. Llegada la tarde "se acercan a Jesús", señal de que no han estado con El. Ordenan a Jesús que despida a la gente.
Expresan primero las razones para despedirles: porque es un lugar desértico y porque es ya tarde.
Le dan la orden: Despídelos.
Indican la finalidad: para que vayan a los pueblos de alrededor y se compren de comer.
"Los episodios de los panes se desarrollan según las figuras del éxodo: suceden en "un lugar desértico" y los panes toman el puesto del antiguo maná"
En primer lugar los discípulos no creen en la posibilidad de realizar el éxodo propuesto por Jesús. Es un lugar desértico (éxodo) y aquí no se puede encontrar pan. En el otro éxodo había el maná, aquí no hay esperanza de que llegue el maná.
En consecuencia es mejor que les despidas. Los discípulos no se sienten solidarios de la situación del pueblo. Además toman la iniciativa sobre lo que debe hacerse en esta situación.
"Que vayan a las aldeas a comprarse pan". Las palabras "aldea" y "pan" tienen un valor simbólico. La aldea es el lugar de influjo de los escribas. Es en las aldeas donde ellos transmiten su enseñanza. Por eso Jesús en la curación del ciego (Marcos 8,26ss) saca al ciego de la aldea y después de curarlo lo envía a su casa con la orden de no entrar en la aldea. El pan expresa al mismo tiempo el "pan enseñanza" y el "pan alimento", "el pan curación" estando íntimamente unidos los tres significados. Los discípulos creen más en el mesianismo que propagan los escribas que en el mesianismo enseñado por Jesús. 
Jesús les responde: "dadles vosotros de comer". Esa es vuestra responsabilidad, para eso habéis sido llamados. Ya lo escucharon en el momento de la resurrección de la hija de Jairo (Marcos 5,43) el pueblo tiene necesidad de ser alimentado con la verdadera enseñanza. Esto es lo que deben hacer los discípulos. En la frase de Jesús: "dadles vosotros de comer" hay también una cierta ironía: ¿Tenéis vosotros un pan mejor?
Los discípulos responden: ¿De dónde vamos a sacar doscientos denarios para comprar pan para darles de comer? Los discípulos no acaban de comprender la enseñanza de Jesús sobre la solidaridad y la acogida. Ellos no han cambiado de lógica. Se siguen rigiendo por la lógica del comprar y del vender. En esa lógica no cabe la posibilidad de dar de comer a todos.
La palabra “denario” aparece tres veces en el evangelio de Marcos y las tres en contexto  polémico. Aparece aquí por primera vez. Aparece en Marcos 12,5: Los escribas y herodianos, los jefes del pueblo, preguntan a Jesús si es lícito pagar tributo al César. Pagar el tributo es signo de aceptar la sumisión al César. Jesús les manda que vayan y que le traigan un denario (como aquí con los panes). Les pregunta de quién es la imagen y la inscripción. Ante la respuesta de que son del César les dice: dad al César lo que es del César, dad a Dios lo que es de Dios. Si aceptáis la lógica de la compra-venta, del comercio, dad al César lo que es de él. Pero las cosas de Dios que son el pan y el hombre, que lleva la imagen de Dios, dádselas a Dios.
La otra vez que aparece es en Marcos 14,5. Ante el frasco roto y el perfume derramado, Judas dice: si se hubiese vendido tendríamos trescientos denarios para dar de comer a los pobres. Tampoco el servicio a los pobres debe regirse por la compra-venta, sino por el romper la propia vida y derramarla como perfume por el Maestro. El servicio a los pobres nace de aceptar la lógica del Maestro, de dar su vida por El y por los que El la ha dado. El servicio a los pobres nace de la aceptación de la persona y el mensaje de Jesús. En los tres textos se contraponen dos lógicas diferentes: la lógica del comprar y vender con la lógica evangélica de entregar la propia vida, de compartir, de vivir en solidaridad, como quiere el Maestro.
Esta es la lógica que Jesús va a revelar a continuación.
¿Cuántos panes tenéis? Le contestan: cinco panes y dos peces. La suma hace siete, expresión de la totalidad de lo que se tiene.
Jesús manda al pueblo recostarse como para un banquete, como personas libres.
El pueblo se recuesta sobre la hierba verde. Se alude al Salmo 23, "en verdes pastos me haces recostar". Jesús es el buen pastor que alimenta al pueblo, que da confianza al pueblo, que le lleva a verdes pastos y prepara para él una mesa.
Jesús organiza al pueblo.
“Así, pues, Jesús da órdenes a los discípulos para que organicen al pueblo. “Ciento” y “cincuenta”: si multiplicáis estas dos cifras, os dan cinco mil; ese es precisamente el número que se nos indica en el versículo Marcos 6, 44”[11]
Jesús quiere que los discípulos organicen al pueblo.
“Pues  bien, inspirándose en la organización del pueblo en el desierto, cuando el Éxodo (Ex.  18, 21 – 25; Num 31, 14; Dt 1, 15) así como las guerras dirigidas por los macabeos (1º Mac 3, 55) ven al pueblo futuro estructurado en grupos de mil, ciento, cincuenta y diez personas”[12]
Luego toma el pan, levanta los ojos al cielo y lo bendice. Los judíos en la bendición del pan debían agachar los ojos, como signo de reverencia. Jesús les levanta al cielo, signo de su especial relación con el Padre. Bendice, expresión de reconocimiento de que todo lo que se tiene es don del Padre. "Lo partió" es la clave de la lógica de Jesús. El pan hay que partirlo y repartirlo. Es el gesto de la eucaristía. La lógica evangélica va a revelarse en todo su sentido en la Cena eucarística. El pan, la vida, hay que partirlo y entregarlo. Lo que Jesús propone es un cambio en el estilo de relaciones, cosa que los discípulos no aceptan.
"Se lo dio a los discípulos para que lo repartieran". Jesús quiere que sus discípulos hagan esta experiencia esencial para comprender su Palabra. Con todo, el texto queda ambiguo, pues no se dice si los discípulos reparten el pan o no.
Es esta nueva lógica la que Jesús ha estado enseñando largamente al pueblo y que el pueblo ahora experimenta.
Y sobran doce cestos. El pueblo ha descubierto la lógica para tener siempre de comer.
“Es importante este tema de las sobras; significa que el alimento distribuido es inagotable, que todavía se podría alimentar a muchos más, que es preciso recoger lo que sobra, puesto que hay otros con hambre. Esta indicación de los doce canastos, al final, es prueba de que la multiplicación se ha concebido como el símbolo de algo que hay que rehacer constantemente, de un alimento que hay que poner a disposición de los demás. La mesa del Señor no es una mesa cerrada; es una mesa abierta a todos. Y son los Doce los encargados de tener siempre la mesa puesta para todos.”[13]

MARCOS 6,45-52
Comparando esta travesía con la anterior (Marcos 4,35-41) constatamos que existen temas comunes: el mandar ir a la otra orilla; el despedir a la multitud; la llegada la noche; el cesar del viento.
Pero vemos también que existen diferencias importantes. Ahora no son los discípulos los que despiden a la multitud, sino Jesús. Les manda que se embarquen y que se dirijan a Betsaida. Jesús no va en la barca con ellos sino que se ha quedado en tierra.
Jesús les "ordena" subir a la barca sin despedirse de la gente. Es una orden formal. Les manda ir a Betsaida (territorio pagano), pero a pesar de la orden formal, a Betsaida no llegarán hasta  Marcos 8,22, antes han ido pasando por Genesaret y Dalmanuta, territorios judíos.
Jesús después de despedir a la gente sube al monte a orar, como hizo después de las curaciones en Cafarnaúm cuando toda la gente le buscaba (Marcos 1,35)
"Ellos tienen viento contrario" Es el mismo viento que ha estado a punto de hacer perecer la barca en la anterior travesía (Marcos 4,37-38).
Dice el texto que llegada la noche, Jesús ve a los discípulos en dificultad y que va hacia ellos caminando sobre las aguas. Estos signos muestran la identificación de Jesús con el Hijo del hombre. Son signos de la divinidad de Jesús, de su identificación con Dios.
La frase "quería pasar de largo" es la frase empleada en las teofanías de Yavé a Moisés y Elías (1º Reyes 19,11). A la luz de este contexto de teofanía hay que entender el texto Jesús va a pasar, va a revelarse a sus discípulos, pero estos no reconocen la presencia de Dios en Jesús. Toman a Jesús por un fantasma.
Al acercarse Jesús a la barca, los discípulos "chillan", palabra empleada para los espíritus impuros como el de la sinagoga de Nazaret (Marcos 1, 20 – 28).
Jesús sube a la barca, les conforta, les dice: “Yo soy” (revelación), no temáis.
Todos estos indicios muestran que los discípulos están fuertemente influidos por la ideología de los escribas. La clave de interpretación del relato nos la da Marcos con los dos incisos que ha introducido: "había un viento contrario”; "pues no habían comprendido lo de los panes, sino que tenían el corazón endurecido"
El viento contrario a ellos que no deja a la barca dirigirse donde Jesús les ha mandado, que impide reconocer a Jesús como manifestación de Dios, es la ideología particularista que los posee y que les hace "chillar" como a espíritus impuros. Es esta ideología la que endurece su corazón y no les deja comprender el signo de los panes.

MARCOS 6, 53 – 56
Este es el último sumario del evangelio de Marcos. Es como un himno final a la gloria del Hijo de Dios, cuyo poder se ejerce en actos de misericordia. Tenemos la omnipresencia de la multitud cuya existencia e importancia a los ojos de Dios no deben olvidar los discípulos.
Genette establece la relación entre la duración de la historia contada (situada en el tiempo y el espacio) y el tiempo necesario para contarla. Una historia breve puede ser contada ampliamente. Una historia de gran duración puede ser contada en varias horas de lectura. Estas variaciones de la relación entre las dos temporalidades, no solo condiciona el tiempo del relato y el efecto sobre el lector, sino que influye sobre el poder significativo del texto.
El sumario se caracteriza por la desproporción entre la amplitud de lo que es contado y la brevedad de su narración.
“Aquí, en algunos minutos de narración, la acción se prolonga a medida que ella se multiplica y que el espacio se ensancha por ciudades, pueblos y aldeas. No vemos a Jesús poner fin a esta acción. El relato se detiene porque no queda otro remedio para que la narración pase a otro asunto.”[14]
El sumario presenta dos cuadros:
Primer cuadro: versículos 54 – 55 . Este primer cuadro se acaba con la frase: iban “allí donde habían escuchado que estaba”.
Segundo cuadro: versículo 56. Se acaba con la frase: acudían “a todas partes donde se dirigía”.
En el segundo cuadro se dirige a Jesús una petición para que permita a los enfermos tocarle y esto es original en Marcos.
Son dos círculos concéntricos que tienen la persona de Jesús como centro. El círculo exterior: la gente acude hacia Jesús desde todos los pueblos y aldeas. Círculo interior, en cada pueblo la gente se reúne en torno a Jesús.
Todos los movimientos narrados se dirigen hacia el cuerpo de Jesús. Él atrae como el centro de todo lo que circula alrededor. El contacto con la orla de su vestido expresa, a la vez, la proximidad y la distancia, la verdad y la discreción de un contacto corporal interiorizado.
“Como el pan misterioso no se acaba y sobra, la salvación que se ofrece en este cuerpo no se agota y queda disponible para quien la pida. Y como este pan es dado y distribuido sin restricción, este cuerpo se entrega sin resistencia a quien se acerca a él.”[15]
Es de notar que desembarcan no en el lugar previsto, Genesaret, sino en Betsaida.
El desembarque en Genesaret sigue a los desarreglos del programa que le han precedido. Desde el inicio de la secuencia los acontecimientos toman otro giro distinto del previsto. La búsqueda de un lugar tranquilo para comer y descansar, fracasa. La amplia enseñanza de Jesús a la multitud hace que se haga tarde. Los discípulos proponen a Jesús una solución de buen sentido que Jesús rechaza poniéndoles en una situación imposible. Después de dar de comer a la multitud no se utiliza el hecho para una enseñanza, Jesús hace que la multitud se disperse. Todos estos elementos acentúan la opacidad de esta secuencia enigmática.
El narrador dice que los discípulos no han comprendido nada sobre los panes. Este inciso muestra la separación que se está produciendo entre Jesús y los discípulos.



[1] Delorme Jean: El evngelio según San Marcos. Cuadernos bíblicos 15 – 16 p. 58.
[2] Delorme Jean: “Parole et récit évangelique. L’evangile de Marc”. Lecttio divina. Ed. Cerf. París 2006 p.194.
[3] Delorme Jean: “Parole et récit évangelique. L’evangile de Marc”. Lecttio divina. Ed. Cerf. París 2006 p.195.
[4] Delorme Jean: El evngelio según San Marcos. Cuadernos bíblicos 15 – 16 p. 60 – 61.
[5] Delorme Jean: El evngelio según San Marcos. Cuadernos bíblicos 15 – 16 p.61
[6] Delorme Jean: El evngelio según San Marcos. Cuadernos bíblicos 15 – 16 p.61
[7] Delorme Jean: El evngelio según San Marcos. Cuadernos bíblicos 15 – 16 p.59.
[8]Simon Légasse: L'evangile de Marc. Editions du Cerf. Paris 1997  p.394
[9]Simon Légasse: L'evangile de Marc. Editions du Cerf. Paris 1997 p.395
[10] Delorme Jean: El evngelio según San Marcos. Cuadernos bíblicos 15 – 16 p.
[11] Delorme Jean: El Evangelio según San Marcos. Cuadernos bíblicos 15 – 16 p. 61
[12] Delorme Jean: El Evangelio según San Marcos. Cuadernos bíblicos 15 – 16 p.62
[13] Delorme Jean: El Evangelio según San Marcos. Cuadernos bíblicos 15 – 16 p.62
[14] Jean Delorme: Parole et récit évangélique. Étude sur l’évangile de Marc. Lectio divina. Ed. Le Cerf. París 2006 p. 203
[15] Jean Delorme: Parole et récit évangélique. Étude sur l’évangile de Marc. Lectio divina. Ed. Le Cerf. París 2006 p.219.

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