1. JUSTIFICACION DE LA ESTRUCTURA.
La sección comienza con el envío en misión de los doce, como la
sección anterior (Marcos 3, 7 – 6, 6) había comenzado con la llamada de los
doce.
Sigue a continuación el relato de la muerte del Bautista encuadrado
por el envío en misión de los doce (Marcos 6, 12 – 13) y la vuelta de la misión
(Marcos 6, 30). El relato del Bautista sirve para volver a plantear el tema la
identidad de Jesús, para anunciar su destino. Describe sobre todo la actitud de
los jefes para con el pueblo (Marcos 6, 21). Los jefes se sirven del pueblo que
es explotado y abandonado.
Viene a continuación el relato de la multiplicación de los panes que
está encuadrado por el tema de la barca. Jesús invita a los doce a ir a un
lugar desértico (Marcos 6, 31 – 33) salen en barca y son precedidos por la
multitud. Después de la multiplicación vuelven a la barca (Marcos 6, 45 – 54) y
Jesús les manda dirigirse a Betsaida donde no llegarán hasta el final de esta
sección (Marcos 8,22), mostrando la resistencia de los Doce en dirigirse a
tierra pagana.
El relato de la multiplicación sirve para describir la situación del
pueblo y la actitud de los Doce que toman una actitud que no es la de Jesús
sino que está dominada por la ideología de los escribas.
Le sigue la travesía en barca, donde el viento contrario expresa esa
influencia de la ideología dominante que no deja que la barca se dirija hacia
Betsaida.
La sección acaba con el sumario (Marcos 7,53-56) que forma inclusión
con el otro sumario (3,7-12) enmarcando lo que podríamos llamar la sección de
los Doce: su llamada a estar con Jesús y su envío en misión.
2. COMENTARIO
MARCOS 6,7-13
Es el relato del envío en misión de los Doce.
“Es ésta la única vez que, en Marcos, se designa a los discípulos con
el nombre de apóstoles, esto es, enviados.”[1]
A primera vista parece ser el cumplimiento de la llamada que Marcos
relata en (Marcos 3,7-12), pero leyendo atentamente se manifiestan ciertas
diferencias con ese relato.
Podemos distinguir cuatro partes en este texto:
·
El envío en misión. (Marcos 6, 7b)
·
Las órdenes que Jesús les da a los
Doce de cómo deben ir a la misión. (Marcos 6, 8 – 9)
·
La actitud que deben adoptar en
las casas y lugares donde vayan. (Marcos 6, 10 – 11)
·
Salida de los discípulos en misión
(Marcos 6, 12 – 13)
El envío
En el envío es donde aparecen las diferencias con el texto de Marcos
3,7-12. En el relato de la llamada se dice que les llamó: para estar con Él y para enviarles a predicar y tener poder
de expulsar demonios.
En el texto que comentamos Jesús no les manda ni predicar, ni les da
poder para expulsar demonios, sino autoridad sobre los espíritus inmundos. Esta
es una clave de interpretación.
En Marcos 3, 11 – 12 se dice que Jesús no quiere que su nombre se haga manifiesto.
Por eso prohíbe a los espíritus impuros gritar proclamando su
identidad. Los espíritus inmundos propagan su ideología intentando identificar
a Jesús con sus expectativas mesiánicas.
En el relato del envío Jesús da a sus discípulos autoridad sobre los
espíritus inmundos. Es decir capacidad de no dejarse dominar por esas
ideologías propagadas pues los discípulos encuentran en ellas una fuerte
tentación. Son ideologías que les atraen y con las que se sienten
identificados. Por eso Jesús no quiere que hablen ni anuncien nada, no vaya a
ser que también ellos contribuyan a hacer "manifiesto su nombre". Eso
es lo que insinúa Marcos al decir en Marco 6,14, después de salir los
discípulos en misión: "se había hecho manifiesto su nombre"
Si leemos atentamente y vemos lo que el texto dice sobre cómo han
realizado su misión constatamos que no existe mucha coincidencia entre lo que
Jesús les ha dicho y lo que ellos han hecho:
Los discípulos han predicado la conversión y han expulsado demonios,
cosa que Jesús no les había mandado. Han curado enfermos ungiéndoles con
aceite, cosa que Jesús no ha realizado nunca.
Por otro lado constatamos que mientras que la misión de Jesús es
acompañada por el rechazo de los de Nazaret
y la oposición a su mensaje; la de los discípulos se caracteriza por el
éxito alcanzado y por el entusiasmo provocado, según expresan ellos al contar
lo que han hecho
Estos indicios nos muestran que los Doce en vez de realizar la misión
que Jesús les había encomendado han realizado su propia misión. Se han puesto
"por delante de su Maestro" como ya hicieron en la travesía en barca
cuando Jesús les mandó ir "a la otra orilla". En realidad ¿qué les
había mandado Jesús?
Las órdenes para ir en envío.
Son verdaderas órdenes formales y no simples consejos. Jesús les envía
de dos en dos, como fueron realizadas las llamadas del inicio, cuando Jesús
empezó a constituir la nueva familia. La misión es comunitaria. La misión de la
comunidad es la de garantizar la fidelidad al anuncio y a la misión de Jesús.
La comunidad debe vivir la misión que le ha sido encomendada por Jesús, no la
suya propia.
Pueden llevar bastón y sandalias, signos del caminante, de la
comunidad en camino hacia la misión. El bastón es el signo del que se pone en
marcha para un largo camino. Las sandalias son el signo del caminante libre, el
esclavo va descalzo. Los enviados son personas libres, no mendigos, que caminan
sin buscar seguridades. No pueden llevar ni pan, ni alforja, ni dinero en la
faja, signos de seguridad y estabilidad. Deben ir como hombres libres, pero sin
la seguridad de medios para su vida.
¿Qué
experiencia quería Jesús que viviesen sus discípulos?
Las órdenes dadas junto con la forma de enviarles muestran que Jesús
más que a anunciar o curar, ha enviado a sus discípulos a hacer una experiencia
de hospitalidad, acogida y solidaridad con los hombres. Deben partir en misión
con la actitud de confianza en las personas que van a acogerles y deben dejarse
acoger por ellas. La misión supone para poder realizarse esta actitud
fundamental de hospitalidad, confianza y acogida.
En los lugares y casas donde entren deben permanecer en la casa que
les acoja y hacer la experiencia de la hospitalidad. La única condición para
hospedarse en una casa es ser acogidos. No existen otras condiciones como la
raza, la religión o la pureza. No deben andar cambiando de casa, pues no son
ellos los que tienen que tomar la iniciativa sino aquellos que les acogen.
Cuando un lugar no les acoja, es decir que no haya nadie que les reciba en
casa, deben sacudir el polvo y marcharse. También la libertad de no acoger debe
ser respetada.
En el gesto de “sacudirse el polvo como testimonio contra ellos"
se prevé un posible fracaso de la misión. En Marcos la expresión "como
testimonio contra ellos" aparece tres veces: 1,44; 6,11; 13,9. En los tres
expresa un rechazo de la enseñanza y la misión de Jesús. La persecución y el
rechazo a causa de la enseñanza y misión de Jesús, son el testimonio contra
ellos.
Los Doce no han experimentado este rechazo. Esta es otra razón para
afirmar que han hecho su misión y no la que Jesús les ha encomendado.
En el envío, pues, Jesús invita a sus discípulos a hacer una
experiencia de hospitalidad, no a anunciar ni decir nada. Hacer la experiencia
de la solidaridad, de ser acogidos y de acoger sin condiciones. Esta
experiencia es esencial para la misión.
Como decimos el texto, también, nos dice que en la misión no es el
éxito lo que se pide sino la fidelidad a la misión encomendada por Jesús. Se
puede expulsar demonios y curar enfermos y no hacer la misión que Jesús quiere.
La fidelidad a la misión es la fidelidad a la Palabra del Maestro.
Como hemos dicho, en la justificación de la estructura, Marcos 6,12 –
13 y Marcos 6, 30 , envío en misión y vuelta de los doce, encuadran el relato
de la muerte del Bautista.
Esto muestra que en la perspectiva de la misión está siempre la
persecución y el martirio. Este es el destino del verdadero enviado. Los Doce
en su misión no se han encontrado con estas realidades que han acompañado la
misión del Bautista y que acompañan la misión de Jesús. Ellos se han encontrado
con el éxito y el entusiasmo.
MARCOS 6,14-29.
Podemos distinguir dos partes en este relato.
Primera parte Marcos 6, 14-16:
En esta parte se plantea el problema de la identidad de Jesús.
Entre Marcos 6, 14 – 16 y Marcos 8,27-30, parte central del evangelio,
hay una inclusión.
En ambos relatos se trata el tema de la identificación de Jesús con
Juan Bautista. El paralelismo entre estos dos relatos es evidente. Herodes dice
que Jesús es Juan Bautista redivivo. Los discípulos le dicen a Jesús que el
pueblo le identifica con Juan Bautista.
Es la manera que tiene el narrados de expresar que el mesianismo de
Jesús es rechazado. Si Jesús es Juan Bautista redivivo podrá ser identificado,
como Juan Bautista, con Elías o un profeta (Marcos 11,32), pero no puede ser el
mesías.
“Se evocan personajes conocidos y, quizá, idealizados, se les aplica a
Jesús y esto impide estar atentos a lo “otro” que hay, a lo inesperado”[2]
Se busca la identidad de Jesús en el pasado y no mirando al futuro, al
Mesías que ha de venir a instaurar el Reino de Dios. El horizonte de la novedad
sigue cerrado, sólo se acepta el de la repetición.
La primera parte del evangelio ha acabado con el rechazo de Jesús por
parte de la sinagoga (6,1-6) En este segunda parte se rechazará el mesianismo
de Jesús.
"Escuchó el rey Herodes".
El "nombre se ha hecho manifiesto", la ideología mesiánica
de los espíritus inmundos ha seguido su camino y se ha ido imponiendo.
¿Qué es lo que ha escuchado Herodes? La cuestión, realmente, planteada
es ¿es éste el Mesías esperado o no? Eso es lo que ha llegado a oídos de
Herodes Las opiniones están divididas, pero han llegado a idéntica una
conclusión: Este no es el Mesías que nosotros esperamos.
Esta comparación con Juan Bautista va a permitir a Marcos mostrar que
Jesús es el Mesías, porque Elías ya ha llegado en la persona de Juan Bautista y
han hecho con él lo que han querido. "Os digo que Elías ha venido y han
hecho con él lo que han querido" Marcos 9,13.
Por otra parte, el relato de la decapitación de Juan anticipa el
destino de Jesús, es como el primer anuncio de su pasión.
Segunda parte: Marcos 6,14-29.
En el texto se pone de manifiesto esta estructura concéntrica.
a)
Juan arrestado y encarcelado por Herodes a causa de la Palabra.
b) Heroidas contra Juan 17b – 19.
c) Herodes y Juan v. 20
d) Herodes,
los convidado y la joven v. 21 – 23
e)
La hija y su madre v. 24
d’)
La joven, Herodes y los convidados v. 25 – 26
c’)
Herodías y la cabeza de Juan v. 27
b’) Herodías obtiene
la cabeza de Juan. V. 28
a’) El cadáver de Juan sepultado por sus discípulos. V. 29
En el relato sólo Herodes y Juan son presentados como teniendo una
relación directa.
Ni Herodías, ni su hija, ni los convidados se relacionan directamente
con Juan Bautista.
Por otro lado, el vocabulario, por sí mismo, ya es revelador: Herodes-
Herodías: aparecen diez veces. Rey, reinado: cinco veces.
Si es cierto que no puede afirmarse una dependencia directa de este
relato de Marcos con alguno del Antiguo Testamento en concreto, también lo es
que se puede afirmar que existe una semejanza entre la situación del pueblo con
Ajab y Jezabel y la situación del pueblo descrita aquí. Podemos establecer el
siguiente paralelismo:
Ajab Jezabel Elías
Herodes Herodias Juan
Como Jezabel no podía ver a Elías e intentaba quitar la viña a Nabot y
darlo muerte, así también Herodías busca dar muerte a Juan y aprovechará la
ocasión propicia para hacerlo.
Por otro lado, en 1º Reyes 21,25 leemos: "no hubo verdaderamente
persona como Ajab para obrar mentirosamente, haciendo lo que desagrada a Dios,
porque su mujer Jezabel lo había seducido"
Herodes ha sido seducido por Herodías y se ha casado con ella. La
semejanza de las dos situaciones es suficientemente próxima.
Este texto, por otra parte, se relaciona con Marcos 15,6-15.
Los puntos de contacto vienen dados por:
·
el contexto de fiesta,
·
la alusión al rey de los judíos,
·
el deseo de Pilatos de querer
complacer al pueblo,
·
la resistencia del mismo a
entregar a Jesús porque sabía que lo entregaban por envidia,
·
la petición hecha por la hija de
Herodías y la petición del pueblo agitados por los jefes.
“Juan y Jesús son arrestados y acusados a causa de la palabra. Un actor quiere la muerte del uno o del otro
sin poder dársela (Herodías, el Sanedrín, marcados por el odio o la envidia)
Ella viene decidida por un actor que no la quiere (Herodes, Pilatos, los dos
con poder político). Un tercer actor manipulable (la hija de Herodías, el
pueblo) hace que aquél que no quiere matar acabe haciéndolo. La maniobra tiene
éxito gracias a una palabra de quien no la quiere (promesa con juramente,
costumbre establecida)”[3]
Poniendo los dos esquemas juntos tenemos:
Ajab Jezabel Elías Pueblo
Herodes Herodías Juan Niña
Pilatos Sacerdotes Jesús Pueblo
Si leemos ahora el texto de Marcos 6,14-29 a la luz de los otros dos
podemos decir que lo que Marcos quiere expresarnos es la alianza del poder
político y religioso para explotar al pueblo y dar muerte, primero a Juan,
luego a Jesús.
Esta alianza entre el poder político representado por Herodes y el
poder religioso representado por Herodías es un adulterio, una usurpación al
verdadero esposo, Dios, el verdadero rey del pueblo. El pueblo como la niña
viene explotado y utilizado por el poder religioso, Herodías-fariseos. Desde
esta perspectiva se entiende la alianza entre fariseos y herodianos que
denuncia Marcos en el evangelio. (Marcos 3,1-6; 12,13)
Los sacerdotes sublevan al pueblo y le hacen gritar para que pida
liberar a Barrabás y crucificar a Jesús, aunque Pilatos muestra resistencia.
Herodías dice a su hija que pida la cabeza de Juan Bautista aunque esto
disguste a Herodes. En el fondo es el poder religioso, que ha hecho alianza con
el político, el que explota al pueblo y condena a Jesús.
Los grandes están sentados a la mesa con Herodes. Mientras, el pueblo
está siendo utilizado y explotado por esta alianza de poderes, religioso y
político. Los escribas que no se cansan de decir a Jesús: "no está
permitido" No se atreven a decir a Herodes lo que en verdad la ley
prohíbe.
El texto contrapone por otra parte, la actitud de los jefes con la
actitud de Jesús.
Herodes come con los grandes, los poderosos, los primeros de Galilea.
Los fariseos prefieren los primeros puestos en los banquetes 12,39. Jesús come
con los pecadores (2,15). Nadie está excluido de su mesa y menos los pobres.
Los que dicen a Jesús que no está permitido comer con los pecadores, no tienen
ningún inconveniente en sentarse a la mesa con Herodes, que explota al pueblo y
vive en adulterio.
Jesús no se sienta a la mesa con los explotadores. Su manera de ser el
primero es la de ser siervo y servidor
de todos. Él no ha venido a ser servido sino a servir y dar la vida por todos.
Los jefes quitan la vida a los otros. Jesús da la vida por todos (10,45)
El relato pinta más que en silueta cual va a ser el destino de Jesús.
MARCOS 6,31-33
Ante el entusiasmo de los Doce por el éxito de su misión, Jesús les
pide retirarse con El a un lugar desértico. Jesús ante el entusiasmo de la
gente de Cafarnaúm expresado en la frase de Pedro "todos te buscan"
(Marcos 1,37) se retiró a un lugar desértico a orar. Eso es lo que quiere que
hagan sus discípulos para no dejarse seducir por falsos mesianismos. Por eso
les dice "venid a solas a un lugar desértico".
Eso mismo nos revela la frase "no encontraban tiempo para
comer". Esta frase se dice en Marcos 3,20 y aquí. En ambos lugares se
expresa la misma idea. El pueblo tiene gran necesidad de ser enseñado, de ser
alimentado con la Palabra. Esta necesidad no deja tiempo a Jesús para alimentar
a sus discípulos con la Palabra para que no se dejen seducir por la enseñanza
de los escribas. Ahora Jesús quiere ir a solas con sus discípulos para
alimentarles con su enseñanza. Pero de nuevo la necesidad del pueblo se lo impedirá.
Les han visto salir y van corriendo, les preceden al lugar donde se dirigen.
Verles salir, reconocerles, salir corriendo expresan esa necesidad, esa hambre
del pueblo que no deja tiempo a Jesús y los discípulos para comer. Como se dice
a continuación "estaban como ovejas sin pastor" y Jesús se pone a enseñarles "muchas
cosas".
MARCOS 6,34-44
¿Qué quiere decirnos Marcos con este relato?
“Se ha explotado muchas veces
este milagro de los panes como una prueba de la divinidad de Jesús. Pero se ve
claramente que no es ese el sentido que desarrolla Marcos. Su relato quiere revelarnos que Jesús
es el pastor de su pueblo, el nuevo Moisés y el nuevo David que lo condujeron
antaño. Es un relato hecho, lo mismo que el de la cena pascual, para que la
comunidad reunida en torno a la palabra y al pan pudiera identificar al pastor
que la constituye en comunidad, que la alimenta, que se cuida de ella, esto es,
a Jesús”[4]
La dimensión fundamental del relato de los panes no es la del milagro,
sino la simbólica. Muestra la comunidad cristiana como una comunidad que se
reúne para escuchar la palabra y compartir el pan. Es clave en el relato la
dimensión eucarística.
“La multiplicación de los panes no es solamente un milagro
extraordinario, sino que es ante todo un signo, un símbolo. En ese hecho se ha
percibido un sentido y se le ha explotado. Es un símbolo de lo que hace una
comunidad cuando se reúne para comer, para escuchar la palabra, en torno a su
propio pastor, que es Cristo”[5]
Otro punto importante es la relación entre palabra y pan.
“La relación entre palabra y alimento aparece en otras tradiciones:
las de la Sabiduría. Cuando el autor del libro de la Sabiduría habla del maná
en el desierto, ve allí la palabra de Dios (Sab 16, 26)” [6]
Sigamos ahora el desarrollo del relato.
Jesús desembarca. No se dice, al menos expresamente, que los
discípulos desembarquen con El. Jesús ve a la multitud y se le conmueven las
entrañas, porque estaban "como ovejas sin pastor"
"La frase evoca el objetivo fijado por Moisés en la institución
de su nuevo sucesor: "que la asamblea del Señor no sea como un rebaño sin
pastor" Num.27, 17"[7][8]
La misión de los jefes es tener cuidado del pueblo. Pero como dice
Ezequiel el pueblo está abandonado por sus jefes que buscan más su interés que
el del pueblo. El pueblo no está alimentado por la Palabra, no tiene pastos
donde comer.
"El mismo tono polémico se desprende de este texto de Marcos, en
el que se trata de un pueblo abandonado, no atendido por sus jefes como se ve
en el evangelio, esos escribas que, como los pastores atacados por Ezequiel se
preocupan de ellos mismos A los maestros de Israel, pastores indignos que no
hacen más que extraviar el rebaño con una doctrina descarriada (Ez. 34, 2. 8)
Jesús opone su propia enseñanza, ampliamente impartida, aunque su contenido no
sea indicado aquí más que en otras partes"[9]
Jesús se pone a enseñar muchas cosas al pueblo como ha hecho cuando ha
expuesto las parábolas para explicarles el Reino de Dios (Marcos 4,2).
“Esa es la imagen de Jesús que retiene Marcos: el que enseña a la
gente”[10]
Jesús les expone el secreto del Reino
"Secreto, es algo que puede ser conocido, pero que aún no lo es.
"El secreto del Reino", la razón última que explica todos sus
aspectos y efectos, es el amor universal de Dios, que desea llevar a la
plenitud de vida a todo hombre sin distinción, derribando las barreras que
creaban y perpetuaban la discriminación, a comenzar por la ley judía"
Llegada la tarde se acercan los discípulos.
La reacción de los discípulos es reveladora de su actitud. Llegada la
tarde "se acercan a Jesús", señal de que no han estado con El.
Ordenan a Jesús que despida a la gente.
Expresan primero las razones para despedirles: porque es un lugar
desértico y porque es ya tarde.
Le dan la orden: Despídelos.
Indican la finalidad: para que vayan a los pueblos de alrededor y se
compren de comer.
"Los episodios de los panes se desarrollan según las figuras del
éxodo: suceden en "un lugar desértico" y los panes toman el puesto
del antiguo maná"
En primer lugar los discípulos no creen en la posibilidad de realizar
el éxodo propuesto por Jesús. Es un lugar desértico (éxodo) y aquí no se puede
encontrar pan. En el otro éxodo había el maná, aquí no hay esperanza de que
llegue el maná.
En consecuencia es mejor que les despidas. Los discípulos no se
sienten solidarios de la situación del pueblo. Además toman la iniciativa sobre
lo que debe hacerse en esta situación.
"Que vayan a las aldeas a comprarse pan". Las palabras
"aldea" y "pan" tienen un valor simbólico. La aldea es el
lugar de influjo de los escribas. Es en las aldeas donde ellos transmiten su
enseñanza. Por eso Jesús en la curación del ciego (Marcos 8,26ss) saca al ciego
de la aldea y después de curarlo lo envía a su casa con la orden de no entrar
en la aldea. El pan expresa al mismo tiempo el "pan enseñanza" y el
"pan alimento", "el pan curación" estando íntimamente
unidos los tres significados. Los discípulos creen más en el mesianismo que
propagan los escribas que en el mesianismo enseñado por Jesús.
Jesús les responde: "dadles vosotros de comer". Esa es
vuestra responsabilidad, para eso habéis sido llamados. Ya lo escucharon en el
momento de la resurrección de la hija de Jairo (Marcos 5,43) el pueblo tiene
necesidad de ser alimentado con la verdadera enseñanza. Esto es lo que deben
hacer los discípulos. En la frase de Jesús: "dadles vosotros de
comer" hay también una cierta ironía: ¿Tenéis vosotros un pan mejor?
Los discípulos responden: ¿De dónde vamos a sacar doscientos denarios
para comprar pan para darles de comer? Los discípulos no acaban de comprender
la enseñanza de Jesús sobre la solidaridad y la acogida. Ellos no han cambiado
de lógica. Se siguen rigiendo por la lógica del comprar y del vender. En esa
lógica no cabe la posibilidad de dar de comer a todos.
La palabra “denario” aparece tres veces en el evangelio de Marcos y
las tres en contexto polémico. Aparece
aquí por primera vez. Aparece en Marcos 12,5: Los escribas y herodianos, los
jefes del pueblo, preguntan a Jesús si es lícito pagar tributo al César. Pagar
el tributo es signo de aceptar la sumisión al César. Jesús les manda que vayan
y que le traigan un denario (como aquí con los panes). Les pregunta de quién es
la imagen y la inscripción. Ante la respuesta de que son del César les dice:
dad al César lo que es del César, dad a Dios lo que es de Dios. Si aceptáis la
lógica de la compra-venta, del comercio, dad al César lo que es de él. Pero las
cosas de Dios que son el pan y el hombre, que lleva la imagen de Dios, dádselas
a Dios.
La otra vez que aparece es en Marcos 14,5. Ante el frasco roto y el
perfume derramado, Judas dice: si se hubiese vendido tendríamos trescientos
denarios para dar de comer a los pobres. Tampoco el servicio a los pobres debe
regirse por la compra-venta, sino por el romper la propia vida y derramarla
como perfume por el Maestro. El servicio a los pobres nace de aceptar la lógica
del Maestro, de dar su vida por El y por los que El la ha dado. El servicio a
los pobres nace de la aceptación de la persona y el mensaje de Jesús. En los tres
textos se contraponen dos lógicas diferentes: la lógica del comprar y vender
con la lógica evangélica de entregar la propia vida, de compartir, de vivir en
solidaridad, como quiere el Maestro.
Esta es la lógica que Jesús va a revelar a continuación.
¿Cuántos panes tenéis? Le contestan: cinco panes y dos peces. La suma
hace siete, expresión de la totalidad de lo que se tiene.
Jesús manda al pueblo recostarse como para un banquete, como personas
libres.
El pueblo se recuesta sobre la hierba verde. Se alude al Salmo 23,
"en verdes pastos me haces recostar". Jesús es el buen pastor que
alimenta al pueblo, que da confianza al pueblo, que le lleva a verdes pastos y
prepara para él una mesa.
Jesús organiza al pueblo.
“Así, pues, Jesús da órdenes a los discípulos para que organicen al
pueblo. “Ciento” y “cincuenta”: si multiplicáis estas dos cifras, os dan cinco
mil; ese es precisamente el número que se nos indica en el versículo Marcos 6,
44”[11]
Jesús quiere que los discípulos organicen al pueblo.
“Pues bien, inspirándose en la
organización del pueblo en el desierto, cuando el Éxodo (Ex. 18, 21 – 25; Num 31, 14; Dt 1, 15) así como
las guerras dirigidas por los macabeos (1º Mac 3, 55) ven al pueblo futuro
estructurado en grupos de mil, ciento, cincuenta y diez personas”[12]
Luego toma el pan, levanta los ojos al cielo y lo bendice. Los judíos
en la bendición del pan debían agachar los ojos, como signo de reverencia.
Jesús les levanta al cielo, signo de su especial relación con el Padre.
Bendice, expresión de reconocimiento de que todo lo que se tiene es don del
Padre. "Lo partió" es la clave de la lógica de Jesús. El pan hay que
partirlo y repartirlo. Es el gesto de la eucaristía. La lógica evangélica va a
revelarse en todo su sentido en la Cena eucarística. El pan, la vida, hay que
partirlo y entregarlo. Lo que Jesús propone es un cambio en el estilo de
relaciones, cosa que los discípulos no aceptan.
"Se lo dio a los discípulos para que lo repartieran". Jesús
quiere que sus discípulos hagan esta experiencia esencial para comprender su
Palabra. Con todo, el texto queda ambiguo, pues no se dice si los discípulos
reparten el pan o no.
Es esta nueva lógica la que Jesús ha estado enseñando largamente al
pueblo y que el pueblo ahora experimenta.
Y sobran doce cestos. El pueblo ha descubierto la lógica para tener
siempre de comer.
“Es importante este tema de las sobras; significa que el alimento
distribuido es inagotable, que todavía se podría alimentar a muchos más, que es
preciso recoger lo que sobra, puesto que hay otros con hambre. Esta indicación
de los doce canastos, al final, es prueba de que la multiplicación se ha
concebido como el símbolo de algo que hay que rehacer constantemente, de un
alimento que hay que poner a disposición de los demás. La mesa del Señor no es
una mesa cerrada; es una mesa abierta a todos. Y son los Doce los encargados de
tener siempre la mesa puesta para todos.”[13]
MARCOS 6,45-52
Comparando esta travesía con la anterior (Marcos 4,35-41) constatamos
que existen temas comunes: el mandar ir a la otra orilla; el despedir a la
multitud; la llegada la noche; el cesar del viento.
Pero vemos también que existen diferencias importantes. Ahora no son
los discípulos los que despiden a la multitud, sino Jesús. Les manda que se
embarquen y que se dirijan a Betsaida. Jesús no va en la barca con ellos sino
que se ha quedado en tierra.
Jesús les "ordena" subir a la barca sin despedirse de la
gente. Es una orden formal. Les manda ir a Betsaida (territorio pagano), pero a
pesar de la orden formal, a Betsaida no llegarán hasta Marcos 8,22, antes han ido pasando por
Genesaret y Dalmanuta, territorios judíos.
Jesús después de despedir a la gente sube al monte a orar, como hizo
después de las curaciones en Cafarnaúm cuando toda la gente le buscaba (Marcos
1,35)
"Ellos tienen viento contrario" Es el mismo viento que ha
estado a punto de hacer perecer la barca en la anterior travesía (Marcos
4,37-38).
Dice el texto que llegada la noche, Jesús ve a los discípulos en
dificultad y que va hacia ellos caminando sobre las aguas. Estos signos
muestran la identificación de Jesús con el Hijo del hombre. Son signos de la
divinidad de Jesús, de su identificación con Dios.
La frase "quería pasar de largo" es la frase empleada en las
teofanías de Yavé a Moisés y Elías (1º Reyes 19,11). A la luz de este contexto
de teofanía hay que entender el texto Jesús va a pasar, va a revelarse a sus
discípulos, pero estos no reconocen la presencia de Dios en Jesús. Toman a
Jesús por un fantasma.
Al acercarse Jesús a la barca, los discípulos "chillan",
palabra empleada para los espíritus impuros como el de la sinagoga de Nazaret
(Marcos 1, 20 – 28).
Jesús sube a la barca, les conforta, les dice: “Yo soy” (revelación),
no temáis.
Todos estos indicios muestran que los discípulos están fuertemente
influidos por la ideología de los escribas. La clave de interpretación del
relato nos la da Marcos con los dos incisos que ha introducido: "había un
viento contrario”; "pues no habían comprendido lo de los panes, sino que
tenían el corazón endurecido"
El viento contrario a ellos que no deja a la barca dirigirse donde
Jesús les ha mandado, que impide reconocer a Jesús como manifestación de Dios,
es la ideología particularista que los posee y que les hace "chillar"
como a espíritus impuros. Es esta ideología la que endurece su corazón y no les
deja comprender el signo de los panes.
MARCOS 6, 53 – 56
Este es el último sumario del evangelio de Marcos. Es como un himno
final a la gloria del Hijo de Dios, cuyo poder se ejerce en actos de
misericordia. Tenemos la omnipresencia de la multitud cuya existencia e
importancia a los ojos de Dios no deben olvidar los discípulos.
Genette establece la relación entre la duración de la historia contada
(situada en el tiempo y el espacio) y el tiempo necesario para contarla. Una
historia breve puede ser contada ampliamente. Una historia de gran duración
puede ser contada en varias horas de lectura. Estas variaciones de la relación
entre las dos temporalidades, no solo condiciona el tiempo del relato y el
efecto sobre el lector, sino que influye sobre el poder significativo del
texto.
El sumario se caracteriza por la desproporción entre la amplitud de lo
que es contado y la brevedad de su narración.
“Aquí, en algunos minutos de narración, la acción se prolonga a medida
que ella se multiplica y que el espacio se ensancha por ciudades, pueblos y
aldeas. No vemos a Jesús poner fin a esta acción. El relato se detiene porque
no queda otro remedio para que la narración pase a otro asunto.”[14]
El sumario presenta dos cuadros:
Primer cuadro: versículos 54 – 55 . Este primer cuadro se acaba con la
frase: iban “allí donde habían escuchado que estaba”.
Segundo cuadro: versículo 56. Se acaba con la frase: acudían “a todas
partes donde se dirigía”.
En el segundo cuadro se dirige a Jesús una petición para que permita a
los enfermos tocarle y esto es original en Marcos.
Son dos círculos concéntricos que tienen la persona de Jesús como
centro. El círculo exterior: la gente acude hacia Jesús desde todos los pueblos
y aldeas. Círculo interior, en cada pueblo la gente se reúne en torno a Jesús.
Todos los movimientos narrados se dirigen hacia el cuerpo de Jesús. Él
atrae como el centro de todo lo que circula alrededor. El contacto con la orla
de su vestido expresa, a la vez, la proximidad y la distancia, la verdad y la
discreción de un contacto corporal interiorizado.
“Como el pan misterioso no se acaba y sobra, la salvación que se
ofrece en este cuerpo no se agota y queda disponible para quien la pida. Y como
este pan es dado y distribuido sin restricción, este cuerpo se entrega sin
resistencia a quien se acerca a él.”[15]
Es de notar que desembarcan no en el lugar previsto, Genesaret, sino
en Betsaida.
El desembarque en Genesaret sigue a los desarreglos del programa que
le han precedido. Desde el inicio de la secuencia los acontecimientos toman
otro giro distinto del previsto. La búsqueda de un lugar tranquilo para comer y
descansar, fracasa. La amplia enseñanza de Jesús a la multitud hace que se haga
tarde. Los discípulos proponen a Jesús una solución de buen sentido que Jesús
rechaza poniéndoles en una situación imposible. Después de dar de comer a la
multitud no se utiliza el hecho para una enseñanza, Jesús hace que la multitud
se disperse. Todos estos elementos acentúan la opacidad de esta secuencia enigmática.
El narrador dice que los discípulos no han comprendido nada sobre los
panes. Este inciso muestra la separación que se está produciendo entre Jesús y
los discípulos.
[1] Delorme Jean: El evngelio según San Marcos.
Cuadernos bíblicos 15 – 16 p. 58.
[2] Delorme Jean: “Parole et récit évangelique.
L’evangile de Marc”. Lecttio divina. Ed. Cerf. París 2006 p.194.
[3] Delorme Jean: “Parole et récit évangelique.
L’evangile de Marc”. Lecttio divina. Ed. Cerf. París 2006 p.195.
[4] Delorme Jean: El evngelio según San Marcos.
Cuadernos bíblicos 15 – 16 p. 60 – 61.
[5] Delorme Jean: El evngelio según San Marcos.
Cuadernos bíblicos 15 – 16 p.61
[6] Delorme Jean: El evngelio según San Marcos.
Cuadernos bíblicos 15 – 16 p.61
[7] Delorme Jean: El evngelio según San Marcos.
Cuadernos bíblicos 15 – 16 p.59.
[8]Simon Légasse: L'evangile de Marc. Editions du Cerf.
Paris 1997 p.394
[9]Simon Légasse: L'evangile de Marc. Editions du Cerf.
Paris 1997 p.395
[10] Delorme Jean: El evngelio según San Marcos.
Cuadernos bíblicos 15 – 16 p.
[11] Delorme Jean: El Evangelio según San Marcos.
Cuadernos bíblicos 15 – 16 p. 61
[12] Delorme Jean: El Evangelio según San Marcos.
Cuadernos bíblicos 15 – 16 p.62
[13] Delorme Jean: El Evangelio según San Marcos.
Cuadernos bíblicos 15 – 16 p.62
[14] Jean Delorme: Parole et récit évangélique. Étude
sur l’évangile de Marc. Lectio divina. Ed. Le Cerf. París 2006 p. 203
[15] Jean Delorme: Parole et récit évangélique. Étude
sur l’évangile de Marc. Lectio divina. Ed. Le Cerf. París 2006 p.219.
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